Hay muchos objetos que con el paso de los años comienzan a perder su uso. Se sustituyen por otro más modernos, vanguardistas o donde su empleo es más cómodo y seguro. Hoy desde Zumadia queremos recuperar el caso del aguamanil antiguo. Se trata de una vasija alta provista de pie, con un pico y un asa. Estaba destinada a dar el servicio de agua en la mesa, más para lavarse que para beber.
Como buen aguamanil, siempre va acompañado de un batea o lebrillo que sirve para recoger el agua vertida en las manos. Una especie de plato a juego que sigue el mismo diseño y aspecto estético. Se convirtió en una pieza de orfebrería muy valorada en el siglo XVIII. Aunque en esa época también había otras que estaban hechas de estaño, liza u otro material.
Más información sobre el aguamanil antiguo
La costumbre de lavarse las manos o los dedos durante la comida es una práctica de antaño. Antes de comía con las manos o directamente del plato, por lo que era un elemento imprescindible en cualquier mesa elegante y distinguida. A medida que se extendió el uso del cuchillo y el tenedor, el empleo del aguamanil fue desapareciendo de las mesas.
En la actualidad está en algunos restaurantes, aunque ha evolucionado al llamado enjuague o lavafrutas. Se emplea sobre todo cuando se va a comer espárragos, alcachofas o mariscos. Está en vía de extinción siendo sustituido por servilletas húmedas o perfumadas. Es más fácil verlo en algunas casas antiguas como elemento decorativo o en mercados o ferias de anticuarios.
En Zumadia contamos con un par de ejemplos para que veas la belleza con la que cuentan el aguamanil antiguo. Como nuestro aguamanil antiguo de la “Cartuja” en colores griséanos con una belleza extraordinaria. Cuenta con unas medidas de 32 x 30 en la jarra y 35 x 9 cm en la palangana. O nuestro aguamanil antiguo de loza francesa mucho más sencillo en la decoración con tonos amarillos.