Ya sabemos que un dormitorio se convierte en una de las partes más importantes del hogar. Nos asegura un momento de relax y descanso necesario para afrontar el nuevo día con energías renovadas. Necesitas un espacio de serenidad, que sea acogedor, cálido y cómodo para desconectar de la rutina. Desde Zumadia te damos unos trucos para conseguir que tu dormitorio antiguo gane calidez.

Claves para un dormitorio antiguo con más calidez

  • Cabeceros: es uno de los elementos clave de cualquier dormitorio antiguo. Cumple con una función decorativa pero también te aislará de la pared. Lo hará para protegerte del frio en invierno y el calor en verano, además de cuidar el desgaste y las manchas. Puedes usar cabeceros de mil maneras, pero nosotros elegimos los tapizados, de piel, de madera e incluso de forja.
  • Iluminación: algo que no debes descuidar cuando estamos hablando de la calidez de tu dormitorio, es la iluminación. Tanto la luz general que nos proporcionará la lámpara de techo, como las lámparas de sobremesa colocadas en las mesillas como puntos focales. Es un factor clave para que la estancia gane en calidez, ya que éste será el tipo de luz que tienes que escoger.
  • Textiles: da igual que sea verano que invierno, la calidez del dormitorio es posible lograrla a través de los textiles. La ropa de capa, la funda, los cojines o la almohada pueden ser claves en esta función. Uno de los materiales más interesantes es el algodón, un tejido natural que permite que el cuerpo respire mejor en las duras noches de verano.
  • Revestimiento: aunque no suele ser lo habitual, es una practica que está cada vez más de moda en los dormitorios antiguos. Se trata de revestir las paredes de materiales como piedra, microcemento, madera o ladrillo. También puedes elegir un papel pintado que cambie por completo el aspecto de tu dormitorio. Una idea fantástica para modificar la estética y ganar en calidez.
  • Suelo: sin ser lo más recomendado para el verano, las alfombras se convierten en piezas clave de tu dormitorio. Es agradable levantarnos y notar una alfombra mullida. Son capaces de vestir los suelos de la casa ya que son elementos muy decorativos. Además, delimitan espacios, son aislantes y ayudar a protegerte de la pisada en el suelo.