Los aparadores antiguos son de esas piezas de la decoración que nunca pasan de moda. A lo largo de los años siguen siendo elementos clave en comedores, salones e incluso en recibidores. Su versatilidad y su funcionalidad los convierten en un mueble antiguo muy querido para colocar en cualquier parte.
Aunque los aparadores antiguos tienen la funcionalidad para guardar objetos del menaje del hogar como vajillas o cristalerías; también ofrecen otras muchas funciones. Se ha conseguir recuperar como un mueble imprescindible que no puede faltar en tu hogar. Desde Zumadia te explicamos las características básicas que debes tener en cuenta para elegirlos.
Aparadores antiguos y sus características
- Funcionalidad: la principal característica que tienen los aparadores antiguos es el almacenaje que proporciona. Es el aliado que estabas esperando para guardar cosas, pero también tiene otras funcionalidades. Se puede disponer en una pared o incluso para separar ambientes detrás del sofá.
- Dónde colocarlo: la mayor elección a la hora de elegir un aparador es el lugar donde colocarlo. No es lo mismo querer posicionarlo en un comedor o un salón, que hacerlo en el recibidor. Cada uno tiene sus características concretas y unas medidas que respetar para que no destaquen negativamente.
- Medidas: sus medidas suelen oscilar entre los 70 y 120 cm de ancho, cuya profundidad es de 40-45 cm. Sin embargo, depende también de donde lo coloquemos. Si es un salón pequeño, será mejor elegir un aparador antiguo bajo ya que si no se comerá todo el espacio. Si necesitas mas espacio o lo pones en el recibidor de tu casa, puedes apostar por uno más alto.
- Madera: aunque hay aparadores antiguos de muchas tipologías de materiales (como el metal o el cristal), nosotros apostamos por la madera. Es duradera, cálida y acogedora al mismo tiempo. Tienes el toque rustica de la madera si esta sin tratar y el tipo de madera que condicionará el estilo decorativo de la estancia.
- Cuidado: aunque materiales como el metal o el vidrio son fáciles de limpiar; la madera tiene un poco más de complicación. Tendrás que tratarla con un aceite para el cuidado de madera y realizar el proceso cada seis meses. Emplea productos de limpieza adecuados y sigue siempre las instrucciones del fabricante.