Después de explicar las claves y características de un comedor antiguo; es momento de cambiar de habituación para saber cómo decorar un salón antiguo. Sigue el mismo estilo antiguo o rústico que hemos visto en otras estancias, siempre impregnado de tradición y calidez.
Este tipo de lugar es uno de los más frecuentados de toda la casa. En ellos pasaremos el rato en familia, invitaremos a amigos y recibiremos a visitas. Debe ser acogedor y con un diseño impecable. Algo de lo que se aseguran los muebles antiguos de los que estará compuesto. Desde Zumadia te damos a conocer los elementos que pueden componer tu salón para adaptarlos en tu hogar.
Elementos que pueden faltar en tu salón antiguo
- Sofá: un salón estará completo si no tiene un buen sofá. Si quieres un estilo antiguo o vintage, puedes apostar por el típico estilo capitoné. Se llaman así por la técnica de tapizado que lucen ya que llevan un proceso de acolchado, guateado y mullido. Hazlo en un tono suave para rebajar la carga del resto de muebles que suelen ser oscuros.
- Muebles de madera: algo que no puede faltar en tu salón antiguo son los muebles de madera. Son capaces de adaptarse a otros estilos decorativos y hacer un contraste espectacular. La madera es básica en su estado más natural que recuerda al pasado. Puedes usarla en la mesa de centro, los muebles auxiliares o el mueble de la televisión.
- Recuerdos: hay muchos muebles antiguos que puedes introducir en la decoración de tu salón antiguo. Pero, sobre todo, lo que prima en este tipo de espacio sobre los recuerdos. Recuerdos con muebles de otra época, con fotografías antiguas e incluso con objetos que hayas heredado de tus antepasados.
- Estampados florales: las flores en su estado más natural es uno de los recursos más utilizados en este tipo de lugares. Los estampados de flores son comunes en salones donde se busca un estilo vintage, rústico y antiguos. Se emplean en las paredes, en los tapizados, en cuadros o flores naturales encima de un aparador.
- Colores suaves: como los muebles de manera tienen mucha presencia en este lugar de la casa, hay que intentan compensar ese “peso” a través de las paredes. Los colores que elijas deben ser tonos neutros y suaves como el beige o el blanco roto. Si quieres un tono más romántico apuesta por verdes o azules muy suaves, casi pastel.